Anoche me deshice en lágrimas como una niña. Me gusta desintegrarme de vez en cuando, moquear y patalear, estallar contra la realidad para que cada una de mis partículas entre en contacto con lo que odia, y derramarme de nuevo sobre la cama, un poco más desencantada. Ojalá tuviera el espíritu religioso de la resignación. Todo sería mucho menos problemático.
Drama queen
ResponderEliminarO coger al toro por los cuernos y decir: PERO QUÉ COÑO!?
ResponderEliminar:)
Ta dao flato?
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